Peter Drucker define a las organizaciones como un grupo humano especializado que realizar una tarea en común. Esta debe ser eficaz, ya que, cada miembro de la organización tiene una función específica determinada. Es decir, cada persona debe cumplir un objetivo que conlleve o alimente al objetivo general de la organización.
La organización tiene como función principal hacer productivos los conocimientos, cuanto más especializados sean estos, más eficientes serán. Sin embargo, el autor hace un énfasis en esta parte, ya que, el conocimiento individual no es “productivo de por sí solo”. Para que éste alcance un grado deseable de productividad es necesario que el conocimiento se reúna y se consolide. Por ejemplo: Un analista de mercados que desea hacer un informe sobre cuán rentable es el mercado peruano en minería lo único que elaboraría sería un informe (conocimiento individual). Sin embargo, es el análisis de la junta directiva, junto con el del analista, (conocimiento en conjunto) el que toma la decisión de invertir o no en el mercado peruano.
Después de definir la organización y su función, el autor hace un breve recuento de cómo nacen las organizaciones. Para él, estas nacen después de la segunda guerra mundial. Él afirma también que al comienzo, las ciencias sociales no tomaron en cuenta el fenómeno de las organizaciones, debido a que estas afectaron profundamente al estado y a la sociedad. De esta manera, Drucker, sostiene que para que las ciencias sociales se hayan preocupado por estudiar las organizaciones, estas debieron presentarse como una enfermedad peligrosa.
Ahora bien, las organizaciones se caracterizan porque se centran en una sola tarea. Ellas tratan de especializarse lo más que puedan en esa única labor. La organización es un instrumento. Mientras más especializado sea, mayor será su rendimiento. Para que esto se lleve a cabo, debe haber una misión clara y bien enfocada que le permita producir resultados.
Para entender mejor el concepto de organización, Drucker sugiere comparar a esta con una orquesta de música sinfónica: “un trompetista no puede crear una sinfonía, es la orquesta la que la crea. El trompetista, el violinista, etc. son especialistas en lo que hacen, ellos juntos colaboran para que el “conocimiento productivo” elabore la música.
Así pues, las organizaciones compiten entre sí por su recurso más esencial: las personas preparadas (especialistas). Mientras más personas competentes existan en la organización, más productiva será la organización en conjunto.
El tema de la jerarquía en las organizaciones, Drucker lo toma muy delicadamente, para él, la organización moderna no puede ser de jefes ni subalternos, tiene que estructurarse como un conjunto de asociados. Para el autor, no debe haber personas que manden, debe haber, en vez, personas que dirijan la organización (Directores, Administradores, Gerentes).
Para que la organización pueda rendir de manera eficaz es necesario que esta sea autónoma, solo deben dedicarse a hacer lo que les compete. Si la organización abarca cosas que no están en su misión. Está condenada al fracaso.
La organización como desestabilizadora:
Drucker afirma que las organizaciones de las sociedades postcapitalistas tienden a buscar la innovación. Para argumentar esto, el autor parte de la postura Hegeliana: “los conocimientos son cambiantes, lo que es verdad hoy, puede que sea absurdo mañana”. De igual forma, el autor, menciona el concepto expuesto por Schumpeter “la innovación es destrucción creativa”. Estos cambios perturban a la comunidad, la trastornan, la privan de continuidad: La desestabilizan.
A diferencia de la sociedad y la familia, que tratan de mantener la estabilidad y retardar el cambio. Las organizaciones buscan innovar conocimiento, ya que, a medida que avanza la tecnología, la modernidad se va “modernizando”. Si una organización no incorpora una gestión de cambio como estrategia, el conocimiento de sus asociados puede quedar obsoleto.
Para que una organización logre una innovación extraordinaria se necesitan planifica tres cosas: El “auto-mejoramiento”, o sea, mejorar el producto de tal manera que parezca un producto nuevo de aquí a dos o tres años. Segundo, es “explotar el producto”, es decir, tratar de derivar lo mas que se pueda de un objeto, de manera que se obtenga uno nuevo. Tercero, “aprender a innovar”, a lo que refiere esto es que cada organización debe tener procesos que garanticen una innovación en el producto.
La sociedad de empleados:
En esta parte, el autor enfatiza el concepto de empleado: persona que recibe paga por trabajar. Sin embargo, Drucker es consciente de que en la actualidad hay personas que trabajan a cambio de ninguna remuneración. A estas personas, él, las denomina autoempleadas.
Con esto, el autor sustenta, que “Así como la sociedad postcapitalista se ha convertido en una sociedad de organizaciones, también se ha convertido en una sociedad de empleados” (Drucker: 89), ya que los trabajadores de conocimiento pueden trabajar sólo porque existen las organizaciones.
A su vez, Drucker compara al trabajador de antes y al de ahora. Hace cincuenta años por ejemplo, el hombre dependía de las maquinas. Ahora, son las maquinas las que dependen de los trabajadores, ya que son ellos los que poseen el “conocimiento” de manejarlas. “Sin el conocimiento, que es propiedad del empleado, la maquina es improductiva” (Drucker: 91).
Así pues, el capital ahora sirve al empleado, mientras que en el capitalismo, el hombre servía al capital.
Algunas comparaciones:
Familias | Sociedad | Organizaciones |
Tienen que afrontar diversos problemas: Económicos, matrimoniales, etc. | Afronta diversos problemas: Políticos, bélicos, etc. | Se concentran en un sólo problema “producir conocimiento”. |
Existen para sí mismas | Existe para sí misma. | Producen resultados para el exterior (sociedad) |
Buscan su supervivencia o retardar los cambios. | Busca su supervivencia o retardar los cambios. | Buscan mejorar sus rendimientos mediante la innovación. |
Pueden tener lideres (personas que mandan). | Puede tener lideres (personas que mandan). | Es administrado. |
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